martes, 30 de octubre de 2012

La decadencia del género fantástico



Quizás el titulo de esta entrada suene a un disparate, quizás alguien podría decir: ¿pero cómo se habla de decadencia de un género que tanto vende?, ¿cómo puede decaer un género que produce sagas literarias de hasta siete o incluso más entregas y son aceptadas, amadas y esperadas por lo lectores?, ¿qué no hay millones de fanáticos alrededor del mundo que esperan años pacientemente a que George R. R. Martin publique el siguiente volumen de su Canción de hielo y fuego?

Es cierto que no se puede hablar de decadencia de algo que está en pleno auge, porque sí, estamos en la época del auge del género fantástico. Pero ése es el problema y el motivo de la pronta decadencia. Los lectores, o consumidores, piden y piden y compran y compran, hay una enorme demanda de novelas con magos, elfos, dragones y demás cosas fantásticas, y eso está provocando que pase con la literatura lo mismo que ocurre con cualquier producto muy demandado.

Cuando los consumidores enloquecen mucho por un producto, los vendedores, para hacer su agosto, lo sacan a la venta de pésima calidad, con mil y un defectos, sabiendo que por la euforia reinante pocos se fijarán en esos detalles.

Creo que ya a muchos les consta la insufrible calidad de muchas novelas del género fantástico que salen a la venta, y ya no se diga Crepúsculo, libro sobre el cual han descargado todo su odio los críticos, pero hay un sin fin de novelas de las que sólo a latigazos se pueden leer dos páginas. Por ejemplo, Graceling, de Kristin Cashore, entre muchos otros libros, porque la lista de superventas inimaginablemente malos es enorme.

Y tanta estafa no podía durar mucho. Ya algunos lectores se han dado cuenta de que los editores no buscan escritores, sino hacedores de novelas: proceso que radica en juntar palabras sin que tengan mucho que ver las unas con las otras.

El género fantástico es una mina que se está sobreexplotando, con negligencias en la calidad y fraudes a la cultura. Y toda esa basura que muchos confunden por libros será la que, en un determinado momento, sepultará al género. Entonces sólo habrá espacio para las obras de verdadera calidad, como tiene que ser, y las leerá la gente culta, la que sabe cuál es la diferencia entre Tolkien y Christopher Paolini.

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