Joseph Blatter
parece el cazador que primero dispara a diestra y siniestra y luego se fija a
ver si andaba por allí un conejo. En el 2010 le fue asignada a Qatar la sede de
la Copa Mundial
2022, y ahora, tres años después, encuentran las dificultades.
Apenas la FIFA ha descubierto que en el
rico país árabe las temperaturas en verano sobrepasan con normalidad los 40 °C , por lo que los futbolistas
parecerían huevos en una sartén mientras se disputan el trofeo más preciado
dentro de su profesión.
La cosa
no es para reírse. Habría algunos desmayos como consecuencia del calor. O algo
peor. Y los partidos perderían intensidad y calidad en la segunda parte. Y ya
ni hablar de aquellos equipos que representen a países muy fríos.
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