viernes, 3 de enero de 2014

La misteriosa cabeza de Monte Alto, ¿verdadera o una farsa?

Existe una fotografía supuestamente tomada en un sitio arqueológico de Monte Alto, Guatemala, que muestra a una escultura monumental, quizás de 7 u 8 metros de altura. Precisamente para despejar dudas sobre la escala, la fotografía se tomó con un automóvil y dos personas trepadas encima de la cabeza como referencia.

Lo sorprendente es que la escultura, atribuible a los mayas, muestra características totalmente diferentes a la obra de estos grandes constructores. Lo mayas fueron excelentes escultores, a la par de arquitectos, pero su herencia tiene características muy definidas que se repiten constantemente.

La cabeza de Monte Alto, por el contrario, tiene los rasgos de una persona no amerindia, más bien parece un europeo, lo que invita a preguntarse de dónde se sacaron al modelo. Sus líneas estilizadas la acercan más a una obra de Miguel Ángel que a la de anónimos escultores mayas. Su monumentalidad, por otro lado, hace que las obras de los olmecas parezcan en lugar de proezas ensayos de principiantes.

El principal problema es que la perfección y belleza de esta milenaria escultura no pueden ser probadas. Sólo existe una fotografía supuestamente tomada en 1940 que, eso sí, parece muy real. Pero de la escultura ni sus luces, lo que hace muy improbable su existencia.

Es muy sospechoso que quienes fueron en automóvil a ver semejante escultura sólo hayan tomado una fotografía, también que a la par del hallazgo no se hayan dejado caer por ahí -tomando en cuenta la rareza del contexto de la obra- arqueólogos de todo el mundo.

La posibilidad de que un magnate coleccionista al ver la foto la haya “comprado” y desaparecido ipso facto para llevarla a su colección particular no se antoja como lógica. La estatua mexicana de Tlaloc, más o menos de dimensiones similares a la escurridiza obra maestra de Palo Alto, en 1964 hizo batallar bastante al gobierno mexicano para llevarla a la capital del país. Hubo necesidad de subirla en dos trailers y el traslado se hizo con mucha lentitud. Sacar de un país una estatuilla de 10 cm es quizás algo fácil, pero una escultura monumental supone bastante ruido.

Así que seguramente la cabeza de Palo Alto no fue robada, en tanto que destruida o sepultada tampoco serían actos lógicos al no haber un porqué claro. Si realmente hubiera existido, el gobierno guatemalteco la habría convertido rápidamente en su monumento nacional. La escultura que se aprecia en la fotografía tiene argumentos para serlo, pero sencillamente desapareció tal como apareció, lo que invita a pensar que en realidad no existió nunca y que esa famosa imagen no pasa de ser, después de todo, un buen montaje.

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