Si tomamos en cuenta que El Vaticano y Qatar son monarquías,
en lo que va del año, al que aún le quedan seis meses de vida, han renunciado
cuatro cabezas coronadas, líderes vitalicios que tenían el puesto asegurado y
de los que nunca se esperó tal acción.
Hoy anunció su renuncia el rey Alberto II de Bélgica, precedido ya en tan importante decisión
por el papa Benedicto XVI, la reina Beatriz de Holanda y hace apenas unos
días por el emir Hamad al-Thani de
Qatar.
Cada renuncia ha despertado cierta conmoción en el
mundo puesto que no se esperaban. Y menos que ninguna la de Benedicto XVI. Los reyes
se supone que se deben de quedar en el puesto hasta el día de su muerte, ya que
esa tradición es la columna vertebral de una monarquía.
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