La aparición de Amazon y otras plataformas de
autopublicación han ocasionado una avalancha de autores que por fin han hallado
la posibilidad de poner a la venta sus libros sin necesidad de pasarse media
vida en busca de una editorial para luego someterse estrictamente a sus
designios.
Pero ahora que el aspecto de la publicación está
resuelto, el dilema es cómo vender.
Ya hasta se publican libros-manuales detallando el
proceso que hay que seguir minuciosamente para que un autor coloque su libro
entre los más vendidos de Amazon. No obstante, antes de comprarse unos cuantos
de ellos conviene analizar varios aspectos lógicos que pueden ayudar a evitar
después terribles decepciones.
Primero.
Para quien publica sus libros en español, hay dos noticias, una buena y una
mala. La buena es que esta lengua tiene algo así como 500 millones de hablantes
en el mundo. Eso indica que hay un campo enorme para hallar lectores. La mala es
que la hispanidad es una cultura, con sus respectivas variantes en cada país,
que lee poco, aún no está muy familiarizada con la tecnología ni con las
compras por Internet y cuando lee libros electrónicos rara vez paga por ellos.
Segundo.
Antes de soñar con vender miles y miles de ejemplares en versión Kindle, hay
que recapacitar en que en la red ya hay demasiados libros totalmente gratis. Aquéllos
qué ya tienen una tableta y buscan qué leer, antes de ir a Amazon primero verán
el catálogo de libros que no les costarán absolutamente nada.
Tercero. Es
bueno que un autor analice primero los alcances de su libro. Los poemarios y
antologías de relatos por extrañas razones que no tienen que estar ligadas a la
habilidad del autor, se venden bien poco. Casi lo mismo se puede decir de los
ensayos, sobre todo cuando el tema es demasiado local. Si un boliviano escribe
una biografía de un presidente de su país desconocido para el mundo, es normal
que ese libro sólo interese a bolivianos.
Cuarto. La
promoción lo es prácticamente todo. Así que, aun sin ser imposible, no se puede
soñar de buenas a primeras con superar a Planeta en ventas, cuando la editorial
cuenta con recursos prácticamente ilimitados para hacer que en un día varios
millones de individuos sepan de su más reciente novedad.
Aclarados los puntos necesarios para que el interesado
no despegue los pies del piso y comprenda que el trabajo que tienen por delante
es mucho, es hora de mencionar algunos aspectos necesarios y cruciales para
poder llegar a vender un libro.
Primero.
Para que los lectores se interesen por un libro, hacen falta reseñas y éstas se
obtienen de blogueros. Aquí hay cosas importantes que se deben de tomar en
cuenta. Los blogueros ya son tan acosados por los escritores como los propios
agentes o los editores. Diariamente lo más populares quizás reciben bastantes
ofertas o solicitudes de una reseña, positiva y pronta. Tal vez ya tienen su
Kindle lleno de libros y muy probablemente no se interesan o no tienen tiempo
de atender todos los correos que les llegan.
Por lo tanto, es bueno saber elegir de qué blogueros se
puede esperar una reseña. Si alguien escribió una novela de terror, mejor que
se ahorre el trabajo de enviar un correo al bloguero que comúnmente habla sobre
novelas románticas.
Segundo. Es
bueno saber esperar las reseñas con paciencia, o entender que algunas quizás no
aparecerán nunca. Acosar al bloguero con correos prácticamente exigiéndole la
reseña y hablando maravillas del libro es una buena forma de no conseguir nada
bueno.
Tercero.
El uso de recursos como Twitter y Facebook está bien, es una forma de que las
personas se enteren que existe un libro y ése es el camino para vender. Pero es necesario
tomar en cuenta cosas muy importantes: muchos de los que verán el libro no
leen, muchos otros no se interesan por ese género y a muchos de los que sí quizás
esa obra en concreto no les llame la atención.
Cuarto. Facilitar
a los lectores una parte del libro gratis es un recurso demasiado útil. Si lo
empiezan a leer quizás decidan terminarlo y lo comprarán o se lo pedirán al
autor a cambio de reseñarlo en su blog o de promocionarlo en las redes sociales.
Quinto.
Es bueno que el autor entienda que es prácticamente imposible que desde el
principio su libro empiece a dejarle notables beneficios económicos. Ponerle un
precio alto a un libro aún desconocido es una buena forma de ahuyentar
compradores.
Sexto. La creatividad
es algo muy importante. Limitarse a seguir los consejos que brindan distintas
fuentes en la red no es suficiente. Miles de autores los están siguiendo y es
necesario diferenciarse de ellos. Nunca está de más pensar qué hacer que otros
aún no están haciendo. Los pequeños detalles a veces marcan grandes
diferencias.
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