domingo, 14 de julio de 2013

¡Cállate, Bárcenas, que la democracia es joven!

Los presidentes de Estados Unidos no son sólo glamorosos porque su país es el más poderoso del mundo, también lo son porque la institución presidencial en yanquilandía es antigua, porque nunca ha habido golpes de Estado, dictadores y demás fenómenos indeseables que tan comunes son en otras partes del mundo, y porque Barack Obama es el cuadragésimo cuarto mandamás en una lista que habla de respeto institucional.

En esa tradición, la vieja España es bien joven. Mariano Rajoy es conocido como el sexto presidente de la democracia, período que inició al desaparecer la dictadura tras el ataúd de Franco y que todavía palideció con la renuncia de Suárez. España incluso tiene menos historia de sucesiones presidenciales que algunos países de Latinoamérica, hacen falta todavía muchos años para que la institución de presidente cobre siquiera un poco del lustre que tiene la de Estados Unidos. ¡Pero ese Bárcenas no se calla!

Rubalcaba ya le pidió su renuncia a Rajoy, que porque le hace daño a España. Qué raro que no se la haya pedido en su tiempo a Zapatero, argumentando, multiplicado por diez, el mismo motivo, si la cuestión es de daños.

Quizás no será por presiones de Rubalcaba, pero si Bárcenas sigue destapando la cloaca, serán los españoles en masa quienes le pidan a Rajoy que deje el puesto y se quede con la caja de puros.

Qué lástima que el sexto presidente desde la instauración de la democracia en España pueda ser defenestrado de buenas a primeras. Parece que ese Bárcenas no sabe que en su país la democracia es joven.

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