jueves, 4 de julio de 2013

Evo Morales: héroe, mártir y guerrero

El presidente de Bolivia, Evo Morales, vivió en Viena un procedimiento que la burocracia le ocasiona a millones de seres humanos día a día: lo retuvieron trece horas, lo hicieron perder su tiempo y seguramente pasar un rato muy aburrido. Claro que nada de golpes, agresiones verbales u otro tipo de injusticias que las corporaciones policíacas suelen propinar a quien se les atraviese en el camino con demasiada frecuencia. Lo que Morales vivió fue algo delicado pero no de gravedad, y menos para un político, éstos comúnmente se la viven pensando cómo perder el tiempo. A Evo le evitaron pensar, debería de agradecer cuando menos eso.

No obstante, la versión de la víctima, ya secundada por todos los líderes de izquierda del continente americano, es que fue secuestrado por un gobierno europeo esbirro de los yanquis malos. Pero no quedó allí la cosa, Latinoamérica entera fue ofendida, no sólo los bolivianos. Los imperialistas pretendieron burlarse de toda una cultura, de bastantes millones de seres humanos que luchan por quitarse de encima las garras genocidas del imperio yanqui. Y, como diría Cristina Fernández de Kirchner en su carta al papa Francisco, bla, bla, bla.

Evo, por ahora, está en la gloria mientras sus amigos lo defienden y de paso se entretienen perdiendo el tiempo que deberían invertir en salir de sus respectivas crisis económicas. Aunque, ¿cómo ocuparse de los apremiantes problemas de un país cuando primero hay que defender a Evo? Evo fue secuestrado, es una víctima; soportó trece horas de secuestro, es un guerrero; lamentablemente, los yanquis no serán castigados por su crimen, así que no queda más que hacerlo mártir y después, ya encaminados, también un héroe.

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