La vida del padre Adolfo Huerta Alemán ha causado
conmoción en México, y es que no es un cura muy común: participa en
manifestaciones, es rockero, usa motocicleta, lleva el pelo largo, se pinta el
rostro, es sexualmente activo, bebe alcohol no sólo en las misas, duda de la
existencia de Dios y de los que dice en la Biblia.
Semejante pastor pasó totalmente desapercibido por
años para las autoridades eclesiásticas, o se hicieron de la vista gorda, porque
llegó a ostentar el cargo de párroco en la ciudad de Saltillo, Coahuila.
Pero su poco habitual ejercicio de sus funciones
sacerdotales ya le causó problemas al padre Huerta, sus distracciones ya
incluso llegaron hasta El Vaticano, de donde se ha girado la orden de que no
oficie misas durante seis meses, tiempo en el que entrará en una etapa de
reflexión.
No obstante, a muchos les causa asombro que tan
peculiar cura haya podido ejercer por años el sacerdocio combinando la sotana,
la botella, el sexo y el rock and roll.
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