Tan duro ha sido el golpe de Luis Bárcenas al PP y más aún a
Rajoy, que ya al Presidente del Gobierno Español muchos lo ven con un pie
fuera de la Moncloa. Pero
Rajoy no quiere renunciar. Y se le entiende, seguir en el puesto quizás no es
lo mejor para España, pero para él es lo más seguro.
Si Mariano se mantienen en el poder, será criticado
por la oposición, por la prensa y por la ciudadanía, pero seguirá siendo
invulnerable, tendrá a su disposición todos los recursos de que puede disponer
un jefe del Ejecutivo para parchar aquí, tapar allá, convencer a éste,
amordazar a aquél y cuanto más haga falta para asegurarse de que cuando deje el
poder de aquí a unos años no le pongan las esposas.
Conservar la presidencia para Rajoy es su seguro de
libertar y su salvavidas en la política. Seguirá en el oficio mientras sea
presidente. Porque, aun cuando ya se habla mucho al respecto, su carrera política
no ha terminado todavía. Terminará si renuncia.
Sus palabras más contundentes
de la jornada han sido para afirmar que seguirá ejerciendo el cargo que le
dieron los españoles. Y cómo no. Si deja de ejercerlo, su sucesor, que podría
ser un enemigo suyo, nunca se sabe, lo enviará a hacerle compañía a Bárcenas.
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