Desde su fundación, Israel ha dependido en gran medida
de los Estados Unidos. Por años el imperio norteamericano fue el principal
aliado a nivel mundial del Estado judío y éste fue el mayor aliado de Estados
Unidos en Medio Oriente. Sin embargo, con Barack Obama la cosa no ha sido nada
sencilla.
Cuando en el 2008 Obama llegó al poder, las relaciones
de Estados Unidos con Israel empezaron a debilitarse poco a poco. Muchos analistas
aseguran que al hawaiano no le agradan los judíos. Y que no le agrada Benjamín Netanyahu
quedó más que claro en una conversación “privada” que mantuvo con Nicolas Sarkozy.
Pero el Estado judío tuvo que pasar por alto esa ofensa, como muchas otras,
porque realmente sus relaciones con Estados Unidos son cruciales para su
subsistencia.
Quizás Netanyahu cree sinceramente que Kerry es más
razonable que su jefe y, sobre todo, menos propalestino, y por eso celebró su
nombramiento.
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