El período de Barack Obama como presidente de Estados
Unidos, que durará ocho años, ya se ha visto marcados por varias matanzas
perpetuadas por asesinos solitarios sin un móvil aparente. Frente al aún
destrozado Newtown, el presidente ha dicho a su país que no pueden tolerar otra tragedia
así y que si no pueden cuidar a sus niños no podrán hacer nada.
El problema es cómo lo va a lograr. Muchos estadounidenses
tienen armas en casa como su fueran utensilios de cocina. Si a algún frustrado
le da por manifestarse a lo grande, sólo tiene que llevar todas sus armas a
donde haya mucha gente. Pasar a la historia le tomará apenas unos minutos.
Las palabras de Obama son congruentes con el debate
que tras la tragedia en Newtown se ha abierto en el país con respecto a la
venta de armas que está permitida casi a cualquier individuo que quiera
comprarlas. En los siguientes meses se verá si de momento sólo se trata de
discursos para recobrar la calma o si realmente los yanquis dejarán a atrás su
amor por las pistolas.
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