Después de haber sido separado de la presidencia en
junio pasado por el Congreso de Paraguay
en un extraño juicio cuestionado en todo el mundo, Fernando Lugo sigue siendo considerado presidente por algunos países
de Latinoamérica, sobre todo por los
que tienen gobiernos izquierdistas muy ligados al chavismo.
Mientras que Paraguay ha sido prácticamente asilado en
la región como castigo por la defenestración de Lugo, éste se pasea por medio
continente y es recibido aún por algunos mandatarios como si continuara siendo
el jefe del Estado paraguayo.
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