Mal debió caerles a Barack Obama y a otros líderes
mundiales el discurso navideño del famoso hacker australiano Julian Assange, ya
que reveló que en el año entrante se harán públicos un millón de documentos que
involucran a todos los países del mundo.
Desde su trinchera, la Embajada de Ecuador en
Londres, el fundador de WikiLeaks dejó caer la bomba que les amargará la cena
navideña a muchas personalidades a nivel internacional.
Assange se consiguió no pocos enemigos tras hacer públicos
documentos que pelearon a unos líderes con otros o que cuando menos causaron
agrias reacciones en los últimos años. A ellos se atribuye el hecho de que es requerido
en Suecia para responder por delitos sexuales. Pero aparte de enemigos se ha
ganado seguidores que aseguran que sus supuestos delitos han sido elaborados a
la carta por petición del gobierno de Estados Unidos.
Entre sus defensores se encuentra el presidente de Ecuador,
Rafael Correa, quien desde hace seis meses lo ha dado asilo en su embajada en
Londres, de donde no lo han podido sacar las autoridades inglesas.
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