Apenas ayer el gobierno catalán fijo los primeros
meses del año 2014 para realizar su consulta sobre la independencia de Cataluña
de España, y hoy el gobierno de Mariano
Rajoy cambió su postura de conciliadora a enérgica.
Aunque el movimiento independentista en Cataluña cobra
cada vez más fuerza y algunas manifestaciones tienen claros tintes hispanofóbicos,
el gobierno español se empeña en impedir la consulta quizás porque sabe
perfectamente que la mayoría de los catalanes ya no quieren ser españoles.
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