domingo, 16 de diciembre de 2012

Nicolas Sarkozy aún es presidenciable


Comúnmente cuando un presidente deja el cargo, se recluye en su mansión o casona cuando menos para aparecer poco ante los medios de comunicación durante algunos años. Rara vez se escucha que un presidente goce de las preferencias electorales tras dejar el cargo, y mucho menos si lo perdió en una elección.

Pero las cosas son muy diferentes con Nicolas Sarkozy, el expresidente de Francia. Perdió la elección presidencial frente François Hollande por una modestísima diferencia y apenas unos meses después ya empezó a figurar como el posible candidato de su partido en las elecciones francesas del 2017.

Pero no por haber vuelto a ser popular para su pueblo el político galo de raíces húngaras camina sobre lechos de rosas. La forma en cómo financió su campaña para llegar a la presidencia en el 2007 le está causando serias molestias. No es bueno para un presidente entregarle el poder a la oposición, porque si no se llega a un buen acuerdo ésta empieza con el ajuste de cuentas.

Que los políticos reciban dinero para financiar sus campañas de empresarios o de gobiernos es algo de lo que se habla mucho con fundados argumentos. Y a Sarkosy le empezaron a recordar ese fenómeno incluso antes de que dejara el poder. Cuando el dictador Muamar el Gadafi se aferraba a su puesto inconciente de que podía perder la vida y Europa, de la mano de Sarkozy, ya le había dado la espalda, su hijo, Saif al Islam, le exigió al presidente galo que les devolviera el dinero que supuestamente habían “donado” a su campaña.

Como una bravuconada de un dictador desahuciado quedó eso, pero en cuanto Sarkozy perdió la elección empezó a correr el rumor de que lo podían someter a un juicio por corrupción. Nada más dejar el cargo el rumor se hizo más fuerte. Actualmente enfrenta serios problemas porque la justicia de su país le exige que aclare que no recibió dinero de manera ilegal para su campaña.

Mientras tanto su popularidad continua en niveles más altos que cuando atravesaba sus últimos meses como presidente. Es probable que salga bien librado de ésta porque un expresidente medianamente inteligente no deja el cargo sin antes hacerse de buenos contactos. Tiene aún tiempo para limpiar o cuando menos maquillar su nombre y presentarse a las próximas elecciones.

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