A casi dos años de que iniciara el conflicto armado en
Siria, como parte de la devastadora primavera árabe, y que ha incluido ataques
terroristas, enfrentamientos entre rebeldes y soldados fieles a Bashar Al-Assad,
así como también bombardeos indiscriminados a ciudades, la cifra de víctimas va
en 45.000 y sigue creciendo cada día.
Eso según el Observatorio
Sirio de Derechos Humanos. La cifra incluye a soldados de ambos bandos y
civiles, llevando estos últimos la peor parte. El ejército de Al Assad ha
tenido menos bajas que los rebeldes, aunque sus pérdidas en material bélico y
territorio son notables.
Se espera que la ya de por sí intimidante cifra de caídos
en combate y víctimas civiles siga creciendo debido a que Al-Assad no tiene la
menor intención de dejar el poder y los rebeldes tampoco tienen planeado
desistir en su empeño de derrocarlo.
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