lunes, 17 de diciembre de 2012

Los palestinos quieren negociar con Israel


Durante los últimos meses, a pesar de que los palestinos se la pasan atacando al Estado judío, el mundo se ha inclinado a su favor. Pueden cometer crímenes a su gusto, que nadie o casi nadie les reprochará nada. En cambio, si una bala perdida disparada desde Israel mata por accidente a un asesino serial en territorio palestino, el mundo entero presentará enérgicas protestas.

Los palestinos, pese a su muy marcada necedad, han aprendido algo en los últimos años: no pueden militarmente contra Israel. Los judíos son gente que trabaja, que inventa y que piensa guiada por la lógica. De los palestinos, sus actos lo demuestran, no se puede decir lo mismo.

Mientras que sus enemigos se han pasado los años endureciendo su odio, el Estado judío se ha vuelto una potencia militar. Si a la guerra recurren, Israel siempre saldrá ganando. Por eso en Palestina ya ha inventado el inmoral procedimiento de disparar contra Israel, y cuando éste responde ellos lo acusan ante el mundo de Estado genocida.

Por otro lado, las condiciones internacionales actualmente no son nada propicias para que Israel defienda sus derechos. Barack Obama, un presidente marcadamente antijudío, aún estará cuatro años mandando en la Casa Blanca, y con ello el Estado judío pierde el apoyo de Estados Unidos, su principal aliado durante muchos años.

Pero no sólo Estados Unidos, el mundo entero se muestra a favor de Palestina. Alguien debería decirle al mundo entero que muchos de los que allí mandan son terroristas y que si se les da poder lo usarán indiscriminadamente.

Con condiciones tan propicias para ellos, los palestinos están dispuestos a negociar con Israel, a exigirle que libere a terroristas y que ceda territorio que sangre y esfuerzo le ha costado ganar. Si Israel dice que no, pondrán el grito en el cielo para llamar la atención del mundo.

Israel de momento sólo puede defender su dignidad y esperar a que un republicano, más afín a ellos, releve a Obama en el cargo. Pero para eso faltan cuatro largos años que no serán nada fáciles para el Estado judío.

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