La crisis en la Argentina sigue en aumento tras suscitarse disturbios
en la propia capital después de que
fueron saqueados supermercados en las ciudades de Bariloche y Rosario. Se calcula
que hasta el momento 500 personas han sido arrestadas para que respondan por
los saqueos que han sumido al país en la ola de inestabilidad.
Mientras tanto el gobierno no considera los sucesos producto
de la indignación popular como consecuencia del empobrecimiento de la población
debido a la política económica de Cristina Fernández de Kirchner.
La repartición de culpas ya empezó por las diferentes
fuerzas políticas. Los saqueos son atribuidos más a los sindicatos con el
objetivo de desestabilizar que a los pobres e indignados del país.
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