Un pronóstico
nada alentador fue el que dio la mujer más poderosa del mundo en su mensaje de
año nuevo a los alemanes. Su discurso coincide con el de otros líderes, como el del Presidente del Gobierno Español, Mariano Rajoy, quien en la víspera de Navidad también, de manera más disfrazada que
Merkel, dijo que el año entrante será un año más de crisis.
La canciller
alemana mencionó que las reformas aplicadas están funcionando pero que aún no
es tiempo de ser optimistas y pidió más paciencia al pueblo alemán por la difícil
época que todavía se avecina.
Su mensaje
fue claro y contundente. Pidió a su pueblo no amedrentarse con la crisis sino
tomarla como un estimulo para hacer un mayor esfuerzo y superarla. También llamó
a no permitir que la irresponsabilidad que ocasionó la actual situación tan crítica
en el 2008 se vuelva a repetir.
Alemania es
el gigante que en Europa se ha mantenido estoico desde que empezó la crisis y
su fortaleza económica ha impedido que la situación empeore más. Sin embargo, últimamente
los estragos de la crisis han cruzado sus fronteras, el desempleo ha aumentado
y el poder adquisitivo de la clase media se ha venido abajo. Se espera que de
continuar las cosas como hasta ahora, con la crisis aumentando y los gobiernos atajándola con reformas lentas y
tímidas, el gigante alemán también podría se uno más de los damnificados.
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