En los últimos años, caracterizados por una crisis
mundial, no sólo ha bajado la venta de casi cualquier cosa en general, lo que
perjudica terriblemente al mundo entero, ya tampoco la gente da clic tan
seguido en los anuncios de productos que están insertados en las páginas de
Internet de los diarios más conocidos.
Lo anterior ha provocado una verdadera revolución
dentro de dichos diarios. Algunos han reducido su plantilla laboral a niveles
muy criticados y otros se han reestructurado de manera alarmante. Diarios que
antes dedicaban su espacio a noticias culturales y a la opinión de
intelectuales de renombre, ahora se han inclinado más por la prensa rosa, a chismes
de celebridades, por insignificantes que sean, pero que venden.
También se puede ver a renombradísimos comunicadores y
líderes de opinión, que antes sólo hablaban de cuestiones culturales, políticas
y económicas, dedicar sus espacios a hablar de romances entre famosos e incluso
a tomar productos en sus manos y decir para qué sirven, dónde comprarlos y cuánto
cuestan.
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