El año
pasado fue pésimo para la venta de lectores de libros electrónicos.
Al parecer porque ya casi todos los aficionados a la lectura que querían uno lo
han comprado y porque otros quieren que las tabletas tengan más funciones. Si sólo
sirven para leer libros muchos no las ven atractivas.
En el futuro, se dice por todos lados, sólo serán
comerciales las tabletas que sean multifuncionales. Leer, ver vídeos, escuchar
música, navegar en la red, todo en una sola tableta para que llame la atención de los clientes.
Pero mientras tanto, ya están fabricados millones de
tabletas que como el Kindle sirven
para leer y poco más. Y tienen que venderlas. Quizás por eso, el pasado 4 de
febrero, Amazon bajó, por un solo día, el precio de sus tabletas de 79 a 59 euros. Si no
mantuvieron la oferta por más tiempo probablemente sólo se debió a que no
quieren aceptar abiertamente que sus tabletas han dejado de ser comerciales tal
como son ahora.
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