El presidente de Cuba, Raúl Castro, durante un homenaje a los soldados soviéticos muertos
en la Segunda Guerra Mundial junto al presidente ruso Dmitri Medvédev, sugirió hoy la
posibilidad de retirarse debido a que en junio próximo cumplirá 82 años.
Quizás bromeando por la renuncia de Benedicto XVI, o quizás hablando en
serio, el presidente cubano dijo que ya tiene derecho a retirarse, tomando en
cuenta su edad. Y agregó, sin salirse del tema de su retiro, que su discurso
del próximo domingo será interesante.
Castro apenas lleva cinco años en el poder, después de
ser delfín del régimen de su hermano por medio siglo. Sus críticos lo
consideran una especie de títere de Fidel, siempre a su sombra y obedeciéndolo
en todo.
Si dejara el poder realmente, es muy probable que su
puesto no lo ocupará otro Castro -ninguno de los hijos de Fidel ha sonado jamás
como un posible dictador-, pero eso no sugiere ni siquiera un poco que el régimen
tan ligado a la familia desaparecería. La dictadura castrista controla
absolutamente todo en la isla, y hace falta más que la renuncia o muerte de los
dos hermanos para que las cosas cambien.
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