Tarcisio Bertone es el cardenal
que más celebridad ha cobrado durante el pontificado de Benedicto XVI. Conocido como el todopoderoso
Secretario de Estado Vaticano y además por ser el Camarlengo, siempre ha sonado
su nombre como el del posible sucesor del Santo Padre.
Bertone
tiene muchos puntos a su favor para ser elegido Papa por los cardenales en el
próximo Cónclave, que todo parece indicar será a principios de marzo. Conoce a
la perfección los proyectos de Benedicto XVI, además de que su puesto lo ha
llevado a conocer también a los más importantes jefes de Estado de todo el
mundo. En este momento su preparación y experiencia son homologables a las de Eugenio Pacelli antes de ser Pío XII.
Pero también
existen algunos aspectos que le impiden a Bertone perfilarse como el más viable
delfín. Tiene 78 años, la misma edad que tenía Joseph Ratzinger cuando fue elegido Papa en el 2005. Los cardenales
dudarán elegir a alguien precisamente de esa edad si no quieren arriesgarse nuevamente a una abdicación dentro de pocos años.
Otra cosa
que nubla el futuro como Pontífice de Bertone es su nacionalidad. Es italiano. En
aspectos puramente religiosos eso no tiene la menor importancia, pero El
Vaticano también es un Estado y una institución que busca mantener dentro de
ella a los fieles. Para eso es necesaria la apertura, la tolerancia, las buenas
relaciones con otras religiones del mundo y la diversidad cultural de los altos
jerarcas. Apenas van dos papas no italianos en muchos siglos, Juan Pablo II y Benedicto XVI, y volver
tan pronto a la antigua costumbre de italianizar la silla de San Pedro no es recomendable en esta época.
También es
importante resaltar que una vez en el Cónclave los cardenales no se inclinan
por darle la razón a las encuestas. Harán lo que crean mejor para la Iglesia Católica , y eso puede
darle al mundo entero una sorpresa que no espera.
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