Es probable que el mundo sepa muy poco de Vicente Guerrero. Fue, en rasgos generales, un militar y presidente
mexicano. El segundo en la historia de México. Su origen fue muy humilde y su cultura escasa. Luchó en la guerra de independencia
del país azteca. Fue uno de los generales que más años soportó la resistencia incluso
en época de derrotas.
Cuando el país por fin logró independizarse, fue hecho
mariscal de campo por el primero gobierno, que era una monarquía y duró poco. Una
vez establecida la República ,
perdió unas elecciones presidenciales y poco después sus seguidores lo
convencieron para encabezar un golpe de Estado y tomar el poder.
Su período presidencial duró poco. Apenas unos cuantos
meses. A él también se le revelaron y lo obligaron a abandonar la presidencia. Sus
enemigos le tendieron una trampa, pactaron con un italiano de nombre Francisco Picaluga, quien se fingió su
amigo para poder capturarlo. Y lo logró. Finalmente fue pasado por las armas el 14 de
febrero de 1831.
Aunque su gobierno fue efímero y su relevancia fuera
de México es inexistente, hay una característica que merece ser resaltada de
este presidente mexicano: era negro. Tomando en cuenta que los países hispanoamericanos
fueron independizados por hijos de españoles, los llamados criollos, es
relevante que le hayan permitido a un afromexicano llegar a ser general,
mariscal de campo y presidente.
Ha sido el único presidente negro en la historia del
país. Y como nunca fue retratado en vida, los pintores que muchos años después
de que fue fusilado le hicieron retratos, lo blanquearon un poco. En los
cuadros el presidente Vicente Guerrero aparece simplemente moreno, y los rasgos
típicamente africanos que debió tener no se ven en su rostro, lo que sin duda
resulta, cuando menos, muy extraño. Es
como si de un pincelazo lo hubieran querido desafricanizar.
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