viernes, 15 de febrero de 2013

Menonitas, el pueblo que se prohibió evolucionar


Los menonitas surgieron en el siglo XVI, como una consecuencia de la Reforma Protestante y la filosofía de Menno Simons. Durante siglos fueron sólo una cultura más, una rama del cristianismo más, con sus características muy similares a las de otros pueblos.

No se veía como una rareza a los menonitas trasladándose en coches tirados por caballos cuando todos los demás lo hacían. Tampoco podía ser cuestionado su hermetismo y su nula disposición a formar enlaces matrimoniales con miembros de otras religiones si casi en todas las otras religiones se actuaba de la misma manera.

No obstante, con el paso de los siglos casi todas las culturas aceptaron las aperturas religiosas, la tecnología y el libre albedrío. Pero ellos no. Decidieron quedarse en el siglo XVI para siempre, sin importar cuánto cambie el mundo.

Su principal objetivo como pueblo siempre ha sido el de encontrar un lugar aislado del bullicio, para vivir en paz y solos en sus comunidades. Han sido perseguidos muchas veces. Se vieron en la necesidad de huir de su natal Alemania a Rusia en tiempos de Catalina la Grande, y de Rusia a América en tiempos de la Unión Soviética.

Hoy en día hay comunidades menonitas regadas por toda América. Pero siguen llevando una forma de vida casi como la de sus antecesores del siglo XVI. Su interpretación de La Biblia les impide aceptar los avances tecnológicos. No tienen televisión, ni teléfonos, ni automóviles y ni siquiera escuchan música.

La instrucción que reciben es muy escasa. Se limita a aprender a leer y escribir, memorizar algunos pasajes de La Biblia y a hacer cuentas. Cualquier otra enseñanza está prohibida. Sobre todo la que se relacione con la vida en el mundo exterior.

Los propios menonitas adultos lo dejan bien claro: si enseñan a sus niños cómo son las otras sociedades, en cuanto crezcan los abandonarán. Prefieren el hermetismo total. Cerrar sus comunidades para que nada entre y nadie salga.

Los hombres hablan el idioma del país donde viven aparte de su lengua madre, que es el alemán. Pero las mujeres únicamente conocen el alemán debido a que nunca salen de las comunidades ni mucho menos hablan con personas de otras culturas.

Las reglas de los menonitas son en general muy estrictas. Y si alguien las rompe es expulsado para siempre. El matrimonio sólo está permitido entre miembros de la comunidad y la descendencia es numerosa. Alguien de otra religión puede, si así lo desea, entrar a formar parte de sus comunidades. Pero parece que a nadie le llama mucho la atención la idea.

El mundo evoluciona filosófica y tecnológicamente con una extraordinaria rapidez. Pero los menonitas no quieren saber nada al respecto. La Biblia, o más bien la interpretación que ellos le dan, se los prohíbe tajantemente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario