lunes, 18 de febrero de 2013

¿Qué pasará cuando los lectores para libros electrónicos bajen de precio?


Recientemente ha trascendido que desde que aparecieron los lectores de libros electrónicos la gente lee más, gracias a la gran cantidad de obras literarias que pueden bajarse de la red gratis aunada a la comodidad que brindan las tabletas.

Pero los cierto es que para muchos hacerse de un e-reader aún es muy difícil, cuando no imposible, sobre todo en países de Latinoamérica. No obstante, a finales del año pasado empezó a sonar el Beagle, un pequeño lector que funciona con pilas y que tiene el comidísimo costo de 9,99 euros.

Un Beagle no se puede comparar ni siquiera un poco con un Kindle, pero su función no es competir, sino desplazarlo en número de ventas. Los creadores de estos productos deben de tener claro que la única forma de llegar al gran público es abaratándolos lo más posible. Y si el precio es incluso menor al de un libro impreso, las posibilidades de que se vendan millones incluso en países donde los lectores para libros electrónicos aún no ganan popularidad son muchas.

Si se toma en cuenta lo anterior, podemos predecir que el crecimiento de la cultura en el mundo en adelante dependerá mucho de los e-reader. Lectores baratos más libros electrónicos baratos dará como resultado índices de lectura muy altos, países cultos, fin de dictaduras y de gobernantes mediocres.

No obstante, no todo apunta a ese panorama tan alentador. No va a leer quien no tiene el hábito de hacerlo. En millones de hogares no se fomenta la lectura en los niños, no tiene la biblioteca familiar ni siquiera La Biblia y El Quijote, se ve televisión, se navega en la red y otras cosas más que sirven como pasatiempos, pero no se lee.

El hecho de que las personas que sienten amor por la literatura lean más quizás sí dependerá mucho de los lectores para libros electrónicos, pero el que alguien que nunca ha leído empiece a hacerlo por la misma razón es algo dudable. El hábito de la lectura en una persona tiene que ver más con la formación en el hogar y con la calidad de las escuelas a las que asiste.

Tal vez a algunos al tener una tableta en sus manos les dé por comprar un libro en Amazon y ponerse a leer por primera vez en su vida. Pero no hay razones para sospechar que ese fenómeno se presentará mucho.

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