Aunque en México el índice de lectura es bajo, con sus
116 millones de habitantes es con mucho el país más poblado de la hispanidad,
por lo que ese bajo porcentaje de lectores de todas formas supone ingresos nada desdeñables
para las editoriales.
Cada año, las librerías del país podrían vender cerca
de 350 millones de ejemplares, lo que convierte a México en uno de los mercados
de libros más importantes de entre los países de habla hispana, aun con el hecho
de que más de la mitad de la población no lee un solo libro al año.
Contrario al proceder de las editoriales españolas,
las mexicanas han manifestado no tenerle miedo al libro electrónico. El Fondo de Cultura de Económica, la
mayor editorial del país -que es del Estado-, recientemente manifestó su
intención de fomentar la cultura del libro electrónico digitalizando a la
brevedad su amplio catálogo.
Y siguiendo el ejemplo del FCE, otras editoriales también han manifestado su interés por guiar
a los 53 millones de mexicanos que sí leen libros al mundo de las tabletas y
poner a la venta sus libros en formato digital.
Aunque los expertos reconocen que la tendencia a leer
libros electrónicos en México ya lleva tiempo, también añaden que el problema
de fondo es que los mexicanos no están todavía habituados a comprar por Internet,
que las tabletas siguen siendo muy caras y que Amazon y su Kindle todavía no se aparecen por
tierras aztecas ni por ningún otro país hispanoamericano.
Varias editoriales del país tienen previsto poner a la
venta sus libros en formato digital este año, y algunas ya lo han hecho utilizando
plataformas como Amazon o Gandhi, una de las más importantes librerías en México.
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