En los últimos días los medios de comunicación a nivel
internacional le han dado mucha cobertura a un asunto un tanto espinoso para el
Estado judío. Se trata de un “Prisionero X” que murió, presuntamente por
suicidio, en el 2010 en una cárcel israelí.
Como si tratara de la novela de Alexandre Dumas, El vizconde
de Bragelonne, o de la versión cinematográfica de 1998, basada en la misma,
protagonizada por Leonardo DiCaprio
y enaltecida por una magistral actuación Gabriel
Byrne en el papel del mosquetero D'Artagnan,
se ha revelado que Israel tenía un prisionero del que ni siquiera sus
carceleros sabían su nombre.
El pasado martes, una cadena de televisión de
Australia reveló la posible identidad del “Prisionero X”: Ben Zygier, un judío de nacionalidad australiana que llegó a ser
espía del gobierno israelí.
En los medios ha corrido como pólvora la versión de
que Zygier robo a Israel información ultra secreta, tanto que pone
en riesgo la existencia del Estado judío. Por ello fue encarcelado sin
expediente, sin identidad ni mucho menos nacionalidad. Prácticamente dejó de
existir. Su muerte en el 2010 presuntamente por suicidio ya había desatado un
poco de controversia. Y ahora que se ha revelado su supuesta identidad y
oficio, y la razón de su encarcelamiento, los diarios le han dado una
extraordinaria cobertura.
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