viernes, 15 de febrero de 2013

Una lluvia de meteoritos azota Rusia


La mañana de este viernes fue catastrófica y terrorífica para los habitantes de Cheliabinsk, una ciudad ubicada en los Montes Urales, en Rusia. Una lluvia de meteoritos empezó a caer repentinamente dejando inmensos destrozos y provocando el pánico de personas que gritaban que había llegado el fin del mundo. La cifra de heridos que reportó el gobierno ruso en un principio rondó los mil, pero poco a poco ha ido descendiendo para situarse en 400.

Vladímir Putin poco después de la tormenta ordenó a las autoridades dar apoyo total a los afectados. Los daños materiales aún no se cuantifican, pero por fortuna sólo tres de los heridos se encuentran graves.

El meteoro, de una sola pieza y de un peso estimado en 10 toneladas, ingresó a la atmósfera terrestre a una velocidad de 54 mil kilómetros por hora. Poco después se desintegró en miles de fragmentos que fueron a impactarse en Cheliabinsk.

El acontecimiento, aunque por ahora sin víctimas mortales, es de una relevancia enorme. Le recuerda a la humanidad que cualquier lugar de la Tierra está propenso a ser impactados por meteoritos y que ni siquiera un país como Rusia, con el segundo ejército más poderoso del mundo, es capaz de detectarlos a tiempo para ordenar una evacuación.

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