En países anglosajones y nórdicos la popularidad del
libro electrónico es enorme, pero en la hispanidad, sobre todo en Latinoamérica,
aún está en proceso de consolidación. Para los expertos la razón es muy
sencilla: en los países donde se lee mucho fue fácil para los lectores cambiar
de un formato a otro. Pero donde las personas leen poco, la adopción del
formato electrónico es todavía un proceso que por diferentes razones avanza muy
lentamente.
En los Estados
Unidos un lector para libros electrónicos es la cosa más común entre los jóvenes. Pero una vez cruzada la frontera con México la situación cambia. En
general, dentro de los países hispanoamericanos, exceptuando a la Argentina ,
se lee poco. O más bien un porcentaje bajísimo de la población lee mucho y un porcentaje
altísimo no lee nada.
Al bajo porcentaje de aficionados a la literatura hay
que sumarle el alto costo de los lectores de los libros electrónicos. Si una tableta cuesta lo mismo que veinte libros en papel nadie va a hallarla atractiva.
Otro factor que influye es que las compras por
Internet no son todavía una práctica de lo más común en países de Latinoamérica.
La gente se muestra reticente a hacerlo por desconfianza y el hecho de que Amazon, el mayor vendedor de libros
electrónicos, apenas haya llegado a Brasil no ayuda mucho a que las cosas
cambien.
No obstante, los expertos opinan que estamos en una época
en que todo evoluciona muy rápido y que pronto habrá un cambio significativo
con respecto al libro electrónico en Latinoamérica. El abaratamiento de las
tabletas y el próximo establecimiento de Amazon con su famoso Kindle en Argentina, Chile y Paraguay
sin duda tendrán mucho que ver con ese cambio.
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