Desde poco después de la anunciación de la renuncia,
las autoridades vaticanas informaron que el Papa Benedicto XVI no regresará a su natal Baviera a recorrer el lugar
donde creció junto a sus padres, como es el sueño de muchos jubilados. Vivirá en
El Vaticano, muy cerca de su
sucesor.
Actualmente un ejército de obreros trabaja a marchas
forzadas para acondicionar el que hasta hace poco era un monasterio que
albergaba a monjas de diferentes órdenes religiosas para que sea la nueva casa
de Benedicto XVI.
El edificio de modesta fachada que en parte se asemeja
a una iglesia de pueblo se encuentra en una colina rodeado por un jardín y
desde allí se tiene una esplendida visión de la Cúpula de San Pedro y de otros
edificios simbólicos de Roma.
El Papa vivirá allí con quienes han sido sus más
allegados durante su pontificado. Según sus propias palabras, desea vivir
aislado del mundo, más no como un recluso.
Aunque él no lo ha dicho, quienes lo conocen más creen
que seguirá dedicando su tiempo a estudiar y a escribir, como el intelectual imparable
que ha sido toda su vida.
Aún no se ha informado si su hermano Georg Ratzinger irá a vivir con él para
dedicarse a descansar juntos y a leer, como era el sueño de ambos hasta antes del
Cónclave del 2005.
No hay comentarios:
Publicar un comentario