domingo, 10 de febrero de 2013

Libros viejos, del museo al Kindle


Las ediciones de libros viejos, con uno, dos o más siglos de antigüedad, de las que pueden existir muy pocos ejemplares -a veces uno-, perteneces a bibliotecas públicas, privadas o incluso a museos, por lo que han sido siempre inaccesibles para muchas personas que ignoraban dónde hallarlos o no podían llegar a ellos.  

No obstante, gracias a los lectores de libros electrónicos, muchas rarezas y joyas de la literatura ahora pueden ser leídas cómodamente en diferentes partes del mundo por personas que no son sus dueños y que jamás soñaron poder hacerlo.

Muchos libros viejos pueden encontrarse en Internet en formato digital, escaneados directamente del original, con sus palabras propias de la época en que fueron escritos, sus manchas y su color amarillento característico de la vejez de un libro.

Para los lectores es algo similar a poseer los originales, ya que realmente los están leyendo, con el único inconveniente de no poderlos poseer en su forma física. De cualquier forma, la experiencia es extraordinaria y una oportunidad que existe sólo gracias a las nuevas tecnologías.

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