Las ediciones de libros viejos, con uno, dos o más
siglos de antigüedad, de las que pueden existir muy pocos ejemplares -a veces
uno-, perteneces a bibliotecas públicas, privadas o incluso a museos, por lo que
han sido siempre inaccesibles para muchas personas que ignoraban dónde
hallarlos o no podían llegar a ellos.
No obstante, gracias a los lectores de libros electrónicos,
muchas rarezas y joyas de la literatura ahora pueden ser leídas cómodamente en
diferentes partes del mundo por personas que no son sus dueños y que jamás
soñaron poder hacerlo.
Muchos libros viejos pueden encontrarse en Internet en
formato digital, escaneados directamente del original, con sus palabras propias
de la época en que fueron escritos, sus manchas y su color amarillento característico
de la vejez de un libro.
Para los lectores es algo similar a poseer los
originales, ya que realmente los están leyendo, con el único inconveniente de
no poderlos poseer en su forma física. De cualquier forma, la experiencia es
extraordinaria y una oportunidad que existe sólo gracias a las nuevas tecnologías.
No hay comentarios:
Publicar un comentario