La imputación de la hija del rey Juan Carlos,
descendiente por vía directa de personalidades tan célebres como Isabel la Católica , la reina
Victoria o el káiser Guillermo II, ha dado la vuelta al mundo en primeras
planas con títulos un tanto sarcásticos.
En España, tanto el gobierno como la oposición, se han
mostrado respetuosos de la decisión del juez José Castro, afirmando incluso que
la imputación demuestra que en el país la
justicia no discrimina a los aristócratas.
Pero también se han alzado voces precavidas haciendo
ver que esto era lo último que el país necesitaba, en tiempos nada menos que de
una devastadora crisis económica.
Pudiera pensarse que si la infanta Cristina no ocupa
puesto alguno en el gobierno y no pasa de ser una figura simbólica su imputación
no tiene porque tener efectos negativos para el país. Pero a fin de cuentas es
un escándalo que le pega muy fuerte al Rey, una figura que todavía, y pese a
todo, es importante para España.
No hay comentarios:
Publicar un comentario