martes, 16 de abril de 2013

Margaret Thatcher contra Hugo Chávez


Thatcher y Chávez no gobernaron al mismo tiempo, pero de haber sido así, sin duda se habrían llevado mal. Sus ideologías políticas son totalmente opuestas; a ella le interesaba reducir al Estado para que saliera menos costoso, y a él hacer un Estado descomunal dueño de todo y… de todos.

Para alguien que piensa como Hugo Chávez, la Dama de Hierro fue una capitalista que se encargó de reducir al Estado, dejando a los pobres que éste a veces alimenta en el desamparo, y de favorecer a los ricos, más a los poderosos que a nadie, de manera injustificable, quizás para recibir fortunas a cambio, porque ¿cómo es posible que a un gobernante le preocupe más un rico que muchos pobres?

Thatcher es vista como una gobernante relacionada con lo costoso, cercana a los ricos y muy, muy alejada de los pobres; Chávez, en cambio, se encargó de autopromocionarse como el protector de los pobres, aficionado a la austeridad personal y verdugo de los ricos.

No obstante, el funeral de ambos ofrece la oportunidad de hacer un retrato diferente al que se tiene de ellos. El gobierno venezolano invirtió una fortuna en hacer y promocionar el funeral de Chávez. ¿Cuánto costó y cuántos vasos de leche se les pudieron dar a niños pobres con ese dinero? Sería interesante que Nicolás Maduro lo revelara.

Y precisamente por cómo fue el funeral de Chávez, el gobernante austero, llaman la atención las instrucciones que Thatcher, la capitalista, dejó para el suyo. Sabiendo que era bien recordada por su triunfo en la Guerra de las Malvinas y por levantar la economía británica cuando estaba hundida, y estando conciente del funeral que su pueblo le había dedicado a Winston Churchill, dejó claro que no quería que el Estado hiciera gastos inútiles.

¿Por qué los seguidores de Chávez, que se supone son enemigos de gastar el dinero inútilmente y de mejor usarlo para socorrer a los pobres, son tan dados a gastar mucho?, y ¿por qué Thatcher, una protectora del capitalismo, se esmeró en impedir que su pueblo gastara en un homenaje del que la creía merecedora?

No deja de ser muy contradictorio el cómo dicen que piensan y cómo realmente actúan los gobernantes.

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