Ha trascendido en los medio que lo primero que hizo la infanta
Cristina al saber que había sido imputada en el Caso Nóos fue llamar a su esposo, Iñaki Urdangarin, y, posteriormente, a su madre, la reina Sofía.
Pudo haber llamado a Urdangarin por dos motivos que
son muy validos. El primero es que es quien es, su esposo, el padre se sus hijos
y el hombre del que seguramente está enamorada. Y por lo tanto necesitaba su
apoyo más que el de cualquier otra persona. El segundo motivo es que quizás
quería compartir sus temores con alguien que ya sabe lo que es ser imputado en
el mismo caso desde hace bastantes meses.
La llamada posterior a la reina también tiene mayor
justificación que si hubiera llamado al rey Juan Carlos. Las madres son más sensibles ante
el dolor de los hijos, sucumben rápido y se guardan los reproches para tiempos
más tranquilos. En cambio, el rey bien pudo haber salido con el tradicional “Te
lo dije”, frase que no la hubiera ayudado nada a levantar la moral.
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