Y probablemente lo que más le duele no es que le hayan
dicho tuerto a su difunto marido, sino
que su autoestima fue severamente golpeada por Mujica.
El presidente de Uruguay, cuando explicó más la frase,
la llamó terca, añadiendo que su esposo era más político, es decir, mejor diplomático.
Después la remató criticando su comportamiento con el papa Francisco, haciendo énfasis en su poco tacto.
No es difícil imaginar la rabieta que hizo Cristina al
saber que, con todo el empeño que pone para parecer sabía e inteligente, no es ésa
la impresión que da a otros mandatarios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario