Diversos medios
han difundido la noticia de que la hija del depuesto dictador libio, Aisha
Gadafi, prendió fuego en Argelia a una casa, pero no se trata de cualquier
casa, sino de la residencia presidencial del país.
Aisha ganó
fama mundial antes de que iniciara la revolución que llevó a la caída y a la
muerte a su padre, Muamar el Gadafi, por su occidental vestimenta y look y por
ser abogada del dictador iraquí Saddam Husein.
Cuando en
Libia dio inició la revolución, Aisha permaneció junto a su padre, pero meses
después, al ver que la derrota era inminente, escapó a Argelia pocos días antes
de que los rebeldes se apoderaran de su casa, a la que llamaban, en honor a ella,
la casa de la ramera.
En Argelia
ha permanecido refugiada desde su llegada, al no poder salir porque el nuevo
gobierno libio la reclama para ajustarle cuentas. Según algunos medios, en
agradecimiento a la hospitalidad del gobierno argelino, quemó, como niña
berrinchuda, la residencia presidencial donde estaba viviendo.
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