martes, 2 de abril de 2013

Henrique Capriles existe


Cuando recién murió Hugo Chávez, en todo el mundo se pensó que la inminente elección presidencial la ganaría, fuera quien fuera, el candidato chavista, puesto que tanto amor mostrado por el pueblo ante el féretro del mesías no podía indicar otra cosa.

El propio Nicolás Maduro, ya siendo el candidato y presidente encargado, alardeó de tener el apoyo del pueblo y de que ganaría por una amplia ventaja. Sus discursos, pese a que Capriles gana cada día terreno, siempre han sido triunfalistas y apenas se esfuerza por parecer modesto y no declararse abiertamente el ganador de la elección.

Pero hay algo muy importante que no se puede ignorar: los que fueron a llorarle a Chávez no eran todo el pueblo venezolano. Los que estaban allí eran los chavistas, que fueron a despedirse del hombre que tanto les había beneficiado, pero es difícil pensar que con el voto de todos los que acudieron a los funerales de Chávez gane Maduro. Requiere de más votos y lo sabe bien.

No se puede olvidar que hace apenas unos meses Chávez venció a Henrique Capriles por una diferencia no muy holgada. Y desde entonces ya pasaron cosas. La economía del país empeoró, e igualmente la inseguridad, y el candidato oficialista ahora es otro, un hombre que no posee las cualidades de Chávez para ganarse con encendidos discursos la estima de los más pobres.

Capriles existe, es un buen candidato y tiene el apoyo de millones de venezolanos. Muchos. Maduro no lo iguala en cualidades ni en carisma, por eso se aferra al fantasma de Chávez, al que ve incluso convertido en pajarito.

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