jueves, 4 de abril de 2013

La infanta Cristina no tiene mucho de qué preocuparse


En cuanto se hizo pública la imputación de la infanta Cristina, salieron los comentarios respecto a que ella es el primer miembro de la familia real española en ser llamado al banquillo de los acusados. Pero ella sólo debería de preocuparse por su situación legal y no por lo incomodo que puede resultarle ser una Borbón y tener problemas con la justicia.

En realidad lo suyo sería un incidente sin importancia comparado con los problemas que han tenido algunos de sus parientes.

Ahí está en la historia Luis XVI, que también era Borbón, aunque en francés, y fue acusado de traicionar a Francia y de matar a su pueblo de hambre, delitos por los que fue guillotinado. Y no sólo él, también María Antonieta, su prima por el lado Habsburgo, fue condenada casi por los mismos delitos que su marido y sometida al mismo castigo.

Otro de sus parientes con problemas con la justicia fue Maximiliano I de México, quien fue acusado de usurpar a un gobierno constitucional y fusilado por ello.

El Káiser Guillermo II, su tatarabuelo, fue acusado de provocar la Primera Guerra Mundial y si se salvó de ser juzgado se debió a que la reina de Holanda lo mantuvo bien protegido dentro de sus fronteras.

Y también parientes suyos fueron los Romanov, el zar Nicolás II y toda su familia, sobre quienes se hicieron acusaciones similares a las que tuvo en su momento Luis XVI, y también fueron cobardemente asesinados.

No tiene motivos la Infanta para sentirse triste o culpable de incomodar a su familia. Esa familia suya está llena de parientes que tuvieron problemas con la ley.

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