domingo, 6 de enero de 2013

Benjamin Netanyahu quiere un muro en los Altos del Golán para impedir que terroristas entren a Israel desde Siria


Algunos analistas y líderes consideran a los dictadores árabes nefastos pero necesarios. Nefastos por su tendencia a permanecer en el poder toda su vida y después heredarlo a sus hijos. Y necesarios porque sus gobiernos autoritarios cuando menos garantizan un poco de tranquilidad.

Uno de los líderes con esa opinión quizás sea el Primero Ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, quien ha solicitado al ministerio de defensa de su país la construcción de un muro en la frontera de Israel con Siria, justamente en los Altos del Golán, el territorio disputado que mantiene las relaciones tensas entre ambos países.

La intención de Netanyahu es poner una barrera que proteja a Israel debido a que el ejército sirio ha abandonado la zona, la misma que puede ser ocupada por extremistas radicales que no tienen las mejores intenciones para con el Estado de judío.

Las preocupaciones de Netanyahu no parecen ser exageradas ya que en otros países “liberados” como Libia y Egipto, después del derrocamiento de Muamar el Gadafi y Hosni Mubarak, han surgido gobiernos mucho más peligrosos que las dictaduras que imperaron allí por años.

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