lunes, 28 de enero de 2013

La reina Beatriz de Holanda dejará el trono para coronar a su hijo Guillermo


Muchos reyes tienen por meta no ver a alguno de sus hijos convertido en rey. Aunque eso no indica que no quieren que lo sea, sino que quieren morirse con la corona puesta. Allí está la reina Isabel II del Reino Unido, quien a sus 86 años sigue gobernando mientras su heredero, Carlos de Gales, lleva seis décadas en espera. Pero la reina Beatriz de Holanda piensa diferente, y a sus 74 años ya ha decidido separarse del trono para permitir el advenimiento de su hijo.

Argumentando que es tiempo de darle la oportunidad a una nueva generación, Beatriz de Holanda, reina de un país que como Inglaterra es famoso por sus reinas, ha decidido cederle el trono a su hijo Guillermo, un príncipe de 45 años que lleva 33 como primero en la línea de sucesión.

La reina ha afirmado que su abdicación no se debe a que ya le pese la corona, y en realidad sus problemas no son muchos. Un 80% de sus súbditos están contentos con ella. El porcentaje es altísimo si se toma en cuenta que la popularidad de los gobernares, reyes, presidentes o primeros ministros, comúnmente anda alrededor del 50%.

Con la llegada al trono holandés del príncipe Guillermo Alejandro de Orange-Nassau también lo hará su esposa, la princesa Máxima, argentina de nacimiento. Pero ella no será la primera americana en ponerse una corona. La actual consorte del Gran Ducado de Luxemburgo, María Teresa Mestre, es cubana y, la que fuera consorte de Napoleón Bonaparte hace dos siglos, Josefina de Beauharnais, era oriunda de la Martinica.

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