viernes, 25 de enero de 2013

No se le acaban los problemas a Dominique Strauss-Kahn


Antes del 14 de mayo del 2011 Strauss-Kahn era un de los hombres más poderosos del mundo, como director gerente del Fondo Monetario Internacional, estrechaba constantemente las manos de los líderes más importantes y se perfilaba para ser el sucesor de Nicolas Sarkozy, pero repentinamente el mundo se le fue encima, y todavía lo está cargando.

Era bien conocido su gusto por las mujeres, algo que no le había acarreado muchos problemas, pero su historial de líos de faldas fue lo que le dio credibilidad a la demanda de Nafissatou Diallo, una emigrante africana que lo acusó de haberla violado en un lujoso hotel de Nueva York.  

El poderoso Dominique Strauss-Kahn fue bajado de un avión, arrestado, esposado y tratado como a un delincuente. Nadie creía en él, hasta que su supuesta víctima empezó a desdibujarse como tal, entonces cobró fuerza el rumor de un complot para quitarlo del camino de no se sabe quién.

Diallo se mantuvo firme, juró y perjuró que Strauss-Kahn la había agredido sexualmente. Exigió justicia. Incluso al parecer se negó cuando la cosa estaba más caliente a llegar a un acuerdo económico.  Pero con el paso de los años, ahora que su obra, cualquiera que haya sido, parece estar concluida, sí aceptó recientemente un acuerdo con su agresor mediante el cual recibió 1.5 millones de dólares.

Pero con esa “indemnización” Strauss-Kahn no se libró de todos sus problemas. La caja de Pandora, la suya, ya está abierta. Al poco tiempo de la demanda de Diallo empezaron a salir más víctimas de su virilidad, aparte de una investigación en Lille que aparentemente lo vincula a una red de proxenetismo.

Y ése es su actual problema. La investigación va para largo, pero de ser hallado culpable podría pasar varios años en prisión.

En cuanto a su imagen pública, quedó totalmente echa pedazos. Sea o no cierta su agresión sexual a Nafissatou Diallo, ya no podrá volver a ser el gran hombre de antes. Como están las cosas ahora, parece que con problemas se librará de ir a prisión. Si se libra.

Es, con mucho, el político más devastado de los las últimas décadas por un escándalo sexual. Más que Bill Clinton, a quien Monica Lewinsky no pudo echar de la Casa Blanca.

La desgracia de Strauss-Kahn, que acaparó la atención del mundo entero, fue bien aprovechada por el escritor español Juan Francisco Ferré, quien escribió un libro titulado Karnaval, que tiene como base el escándalo del exdirecto gerente del Fondo Monetario Internacional y que ya el año pasado ganó la XXX edición del Premio Herralde de novela.

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