Hace unas semanas, ante una descomunal subida de
impuestos por parte del gobierno francés a los más ricos, el actor Gerard Depardieu trasladó su
residencia fiscal a Néchin, en Bélgica, apenas a un kilómetro de la frontera
con Francia.
La determinación de Depardieu fue muy criticada por el
gobierno de su país. Incluso provocó que el presidente François Hollande dijera
que si los contribuyentes amaban a Francia que la sirvieran, pagando altos
impuestos.
Ante las críticas del gobierno, el actor anunció de
manera categórica su deseo de abandonar la nacionalidad francesa. Y con el afán
de apoyarlo, hoy el Kremlin ha anunciado
que el presidente Vladímir Putin le ha concedido la nacionalidad rusa, para que
pueda viajar con pasaporte de ese país, incluso por Francia.
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