martes, 1 de enero de 2013

Efeméride: en un día como hoy nació el papa Alejandro VI


El 1 de enero de 1431 nació uno de los jerarcas de Iglesia Católica más polémicos de todos los tiempos. Español de nacimiento y llevando por nombre Rodrigo de Borja, se trasladó a Roma siendo muy joven para iniciar una carrera eclesiástica bajo el amparo de su tío Alonso de Borja (futuro papa Calixto III).

Ya en Roma su apellido pasó a ser Borgia y durante su pontificado gracias a él y a su hijo César llegaría a ser sinónimo de corrupción y crueldad. Su carrera eclesiástica se elevó como la espuma. Su brillante mente le brindó siempre una eficaz estrategia para saltar los obstáculos. Ni siquiera sus líos de faltas se interpusieron en su acenso en la jerarquía de la Iglesia.

Tuvo varios hijos con diferentes mujeres, pero a la historia sólo pasaron Pedro Luis, Juan, César, Godofredo y Lucrecia. Pedro Luis murió muy joven, un año antes de que Rodrigo fuera elevado a Papa, de manera que puso sus intereses en Juan, a quien pretendía convertir en un poderoso príncipe italiano.

Sin embargo, la fatalidad se interpuso en sus planes. Juan Borgia fue asesinado en 1497 por una mano desconocida, aunque muchos historiadores apuntan a sus hermanos César o Godofredo, ya que cada uno tenía sus razones para matarlo.

A la muerte de Juan, su favorito, el papa Alejandro VI le dio todo su apoyo a su siguiente hijo, César Borgia, quizás el personaje más sanguinario y cruel de la Italia renacentista. Rodeado de un ejército de mercenarios, pagados por su padre con los fondos de la Iglesia, César se dedicó a aterrorizar Italia en su afán de hacerse de un poderoso principado.

El Papa también practicó mucho las más lucrativas alianzas de aquella época: el matrimonio aristocrático. Casó a sus hijos, Lucrecia y Godofredo siendo aún niños, con miembros de las más poderosas familias italianas. Su intención era crear una red de protección alrededor de los Borgia gracias a esos matrimonios. Si la red se rompía en algún punto le llevaba poco tiempo volver a unirla. A Lucrecia la casó tres veces.

Su papado no fue ni breve ni largo. Duró once años casi justos en los que dejó su nombre en la historia no de la manera que él hubiera querido. Fue asesinado por no se sabe quién en una de las prácticas homicidas más comunes de la época: en envenenamiento. Quizás incluso se debió a error de cálculos en un intento de él y de César por envenenar a otros. Este último también ingirió veneno pero no le costó la vida, aunque sí el papado. La intención de Alejandro era “heredarle” la silla de San Pedro a su hijo, pero al estar César gravemente enfermo durante el conclave le fue imposible hacer que fuera elegido Papa.

El gran apetito sexual que siempre caracterizo al Pontífice, aunando al libertinaje que se les atribuyó a sus hijos Lucrecia y César, desató infinidad de leyendas repletas de orgías protagonizadas por los miembros de la familia Borgia. Mucho se habla de que sus enemigos las inventaron a su muerte para sepultar su nombre, pero lo cierto es que hasta la actualidad no se sabe cuánto de lo que se ha escrito sobre la inmoralidad de los Borgia es verdad y cuánto es falso.

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