La noche del 20 de diciembre pasado en la embajada de
Honduras en Bogotá se celebró una fiesta prenavideña en la que en lugar de
Papá Noel fueron prostitutas.
Al siguiente día, entre la resaca y el desorden, alguien
notó que faltaban muchas cosas. Se sospechó inmediatamente que las personas que entraron a la sede diplomática a prestar un servicio decidieron llevarse un recuerdo.
La noticia llegó unas semanas después a Honduras, no
sin antes esparcirse por toda Colombia, y este fin de semana pasado el gobierno
optó por exigir al embajador, Carlos Humberto
Rodríguez, que presentara su renuncia inmediatamente.
Mientras tanto, la policía de Bogotá ha iniciado una
investigación para hallar a las prostitutas que presuntamente saquearon la
embajada hondureña.
No hay comentarios:
Publicar un comentario