Los catalanes muy probablemente se irán de España, pero
no muy lejos, se quedarán como vecinos. El proceso de separación ya se ha
puesto en marcha. Y en los tiempos que corren, si la mayoría deciden que sí se
van, se irán. Ya no es época de mantener una dependencia, colonia,
departamento, estado o comunidad por la fuerza.
En parlamento catalán ha aprobado, con un 63% de los
votos de los diputados, una declaración que sitúa a Cataluña como “un sujeto político
y jurídico soberano”, y “en proceso de autodeterminación”, lo que supone el
inicio de la separación que, desde hace mucho tiempo quedó en claro, va en
serio.
Si los catalanes, la mayoría de ellos, quieren una
nación independiente capaz de alcanzar sus propios logros y cometer sus propios
errores, el gobierno español no podrá evitarlo. De hecho, hasta el momento no
ha habido pronunciación con respecto a la aprobación del parlamento catalán.
En otro siglo Mariano
Rajoy ya habría publicado un decreto declarando a Artur Mas un “facineroso”, “agitador” y “perturbador del orden” y
lo habría mandado arrestar, mientras el ejército iría a Cataluña para someter a
los revoltosos y dejar claro que la nación es indivisible, pero esos tiempos ya
pasaron.
La separación de Cataluña, por mucho que le pese al
presidente, al rey y quién sabe a cuántos más, la decidirán catalanes.
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