jueves, 16 de mayo de 2013

El odio a los Estados Unidos


A los yanquis se les odia en el mundo probablemente tanto como a los judíos. Quizás por eso se llevan bien. Uno de los países que aceptó a los hebreos de buena gana tras las persecuciones en Europa fue Estados Unidos. Y bien le ha ido a ese país con sus judíos y bien a los judíos viviendo allí. Por algo no se han ido. Hay casi tantos como en Israel.

El mundo se obliga a ver a la sociedad estadounidense como a una de las principales víctimas del capitalismo que su gobierno promueve, obligada a consumir productos chatarra e innecesarios casi por decreto y a tolerar a aborrecibles multimillonarios que pasan por encima de todo y de todos.

Pero guiándose sencillamente por la lógica, puede apreciarse un país completamente diferente a cómo quieren que se le vea. Por principio de cuentas, a ese país de gente mala hay en el mundo millones de seres humanos dispuestos a jugarse la vida para emigrar.

Estados Unidos sigue siendo todavía en lugar donde un pobre, incluso no siendo estadounidense, puede soñar con ser rico sin que el Estado lo aplaste en el intento. Los estadounidenses viven bien, aun la clase media se da el lujo de ir de vacaciones a donde quiere y de llevar una vida cómoda, y los pobres tienen a su alrededor oportunidades para dejar de serlo que otros en el mundo ni siquiera pueden soñar.

El gobierno también funciona mejor que en la mayoría de los países del globo. El pueblo administra bien su política bipartidista cambiando de partido en la Casa Blanca cada cuatro u ocho años, de manera que si un partido cometió errores el otro tiene la posibilidad de remediarlos.

Pero extrañamente, a ese país que tan bien funciona, pocos lo quieren imitar. No se le perdona su historia, una historia hecha la mayoría de las veces por hombres libres. En Europa no les perdonan a los yanquis por haber ido a salvarlos de los alemanes ya dos veces cuando éstos perdieron la cabeza. Latinoamérica no les perdona su trayectoria intervencionista que bien pudo enriquecerla y que si ha fracasado tanto se debió en gran número de veces al fanatismo y la estupidez de sus gobiernos.

Podría decirse que los gobernantes del mundo no soportan que Estados Unidos haya tenido gobiernos tan memorables y que por eso fomentan el odio a ellos. Es una lástima, porque se trata de un país al que conviene imitar. A fin de cuentas, la gente allí es libre, vive o tiene la posibilidad de llegar a vivir bien. Y se supone que así es como debe de funcionar un país.

No hay comentarios:

Publicar un comentario