sábado, 4 de mayo de 2013

Estrategas militares de talla napoleónica


Las grandes capacidades y el valor en batalla de Julio César, por la antigüedad que lo separa de estos tiempos, no se pueden comprobar con absoluta certeza, por lo tanto, decir que Napoleón Bonaparte ha sido el militar más hábil que ha existido es una verdad como un templo.

Después de Napoleón ha habido grandes militares en diferentes lugares del mundo, aunque ninguno igualó siquiera el la mitad sus logros por muy diversas circunstancias.

Helmuth von Moltke fue el militar que le devolvió su grandeza a Alemania. Derrotó con suma facilidad primero a Austria y después a la Francia de Napoleón III. Con ello resurgió el Imperio Alemán que encontraría su final en la Primera Guerra Mundial.

Robert E. Lee fue el más brillante estratega que participó en la Guerra Civil Estadounidense. Aunque el Norte estaba más poblado y más preparado para el conflicto que el Sur, la destreza de Lee hizo que el Sur resistiera durante varios años una guerra de antemano perdida.

Antes de ser un anciano acosado por Hitler, Paul von Hindenburg, un arrogante aristócrata alemán, fue uno de los grandes estrategas de la Primera Guerra Mundial. Sostuvo por largo tiempo a una ya casi derrotada Alemania en pie con sus brillantes maniobras. Y pese a la derrota, llegó a ser considerado un héroe y fue el hombre fuerte del devastado país después de la abdicación del káiser Guillermo II.

George Patton fue considerado un genio para la guerra. Pese a que era un hombre emocionalmente inestable, se sentía cómodo peleando y daba excelentes resultados. Por eso durante la Segunda Guerra Mundial le dieron a un poderoso ejército que se paseó invicto por África y Europa. No obstante, al terminar el conflicto, la polémica muerte de Patton dejó la eterna duda sobre qué tanto le agradeció el gobierno estadounidense por su valor y su brillante habilidad.

Erwin Rommel fue el más brillante estratega alemán durante la Segunda Guerra Mundial, un período en el que Alemania estuvo dotada de extraordinarios mariscales de campo. Los ingleses le temían tanto que incluso optaron por no dirigirse a él por su nombre, como si de Lord Voldemort se hubiese tratado. Los nazis lo utilizaron como un símbolo y promocionaron por todo lo alto sus brillantes victorias, hasta que lo hallaron culpable de conspirar contra Hitler y lo obligaron a que se suicidara.

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