miércoles, 29 de mayo de 2013

Luz María Beristain y la furia de una senadora mexicana

México sigue exhibiendo a lo peor de su clase política, gentes que creen que por tener un cargo público de importancia, o ser familiar de alguien que lo tiene, ya Dios está obligado a pasar por alto sus pecados y el pueblo contribuyente, los empleados, los que tienen que apegarse estrictamente a un horario y producir, los que no pueden darse el lujo de faltar al trabajo, simplemente admirarles, obedecerles o cuando menos no ponerles un obstáculo, porque para eso son lo que son, los que deciden qué es delito y qué no, los que diseñan la estructura legal sobre la que ha regirse un país, por pésima y absurda que sea, y los que, a fin de cuentas, han de ser inmunes a las leyes que ellos mismos diseñan.

Hace poco la noticia la dio la hija de un funcionario federal a cargo de la PROFECO, cuya hazaña-berrinche le costó el puesto a su padre. Ahora, apenas unas semanas después, la nueva celebridad de la prepotencia es una senadora, de izquierda para más señas. Luz María Beristain, senadora perteneciente al más fuerte partido de izquierda del país, el PRD, llegó tarde al aeropuerto de Cancún, donde habría de tomar un avión que la llevaría a la capital de México.

La tardanza de unos cuantos minutos le valió la pérdida del vuelo, lo que la hizo montar en cólera, pelearse con la empleada que la atendía y hacer gala de su investidura senatorial una y otra vez.  Argumentó que siendo ella quién es, tienen que aplicársele ciertos criterios de flexibilidad, ya que es la representante del pueblo en las alturas, y que igual tratamiento deben de recibir otro tipo de servidores públicos tales como gobernadores.

Su enojo llegó tan lejos que culpó a la empleada que aplicaba el reglamento de la aerolínea para la que trabaja de ser parte del motivo por el cual México no avanza. Amenazó con escalar la problemática "hasta las más altas instancias" y remató fotografiando a la empleada para saber contra quién tomarla.

Todo fue grabado por un aficionado que posteriormente subió el vídeo a la red. La senadora de izquierdas quizás creyó que el pueblo le daría la razón y la proclamaría emperatriz, pero ocurrió todo lo contrario. A través de las redes sociales, los mexicanos se solidarizaron con la empleada, y contra “la autoridad” -como se describió Luz María Beristain-, dejaron caer aplastantes críticas.

Los medios de comunicación del país azteca también se pusieron de lado de la empleada, y muchos todavía se pregunta cómo es que alguien con la investidura senatorial puede llegar a tales extremos de prepotencia. Lo peor es que la mujer representa a la izquierda. La izquierda le ha echado toda su influencia encima a una trabajadora

No hay comentarios:

Publicar un comentario