jueves, 16 de mayo de 2013

En México por culpa de su hija despiden a un funcionario público


La prometedora carrera política en México de Humberto Benítez Treviño, hasta ayer procurador federal del Consumidor, terminó estrepitosamente no por corrupción, como pudiera pensarse debido a la fama del país, sino por un berrinchito de su hijita.

El pasado 26 de abril, la hija del funcionario, Andrea Benítez, fue a un restaurante de la ciudad de México, donde tuvo que apuntarse para que le asignaran una mesa debido a que el establecimiento estaba lleno. Cuando por fin una mesa se desocupó, fue asignara a personas que llevaban más tiempo esperando que ella.

Pero hasta allí pudo tolerar la hija del exprocurador, porque poco después, funcionarios de la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO), subordinados de su padre, fueron a clausurar el establecimiento. A ver si para la otra tienen más mesas o dejan una libre para cuando vayan hijos de políticos poderosos.

El caso se hizo público y los funcionarios involucrados fueron suspendidos de sus funciones, menos el padre de la que armó todo el lío. El hombre se negó a renunciar argumentando que en esos días estaba enfermo y que por lo tanto él no pudo ordenar el cierre del restaurante. Pero en su lugar lo ordenó su hija.

Cuando parecía que padre e hija podían ya iniciar una prometedora carrera cerrando restaurantes que no les rindieran los homenajes que ameritan, el presidente Enrique Peña Nieto decidió limpiar la imagen de la PROFECO y de un plumazo el día de ayer despidió a Humberto Benítez Treviño. De pasada, su secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, envió un mensaje a todos los funcionarios públicos para que, en pocas palabras, aplaquen a sus hijos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario